Proyecto Universidad: La Chile y su modelo empresarial
Mientras las universidades privadas levantan la demanda de estatización de sus instituciones, en vista de los efectos que la crisis de la universidad-empresa ha tenido en su formación, es necesario que en conjunto comencemos a problematizar el rol de la Universidad estatal así como también el carácter de lo “público” de nuestra universidad.
Hoy en día vemos una Universidad de Chile que se esmera en contar con los mejores estándares de calidad, con el mayor número de publicaciones indexadas y con un sinfín de índices valorados internacionalmente en el mercado de la educación superior.
Si miramos más de cerca podemos ver
expresiones concretas de esta problemática. Por un lado el Proyecto
Bicentenario viene a “revitalizar” a las Ciencias Sociales, Artes y
Humanidades, por medio de fondos asociados a metas de gestión y a aquellos
índices internacionales que mucho tienen que ofrecerle a la empresa privada,
pero poco al pueblo pobre.
Por otro parte, los conflictos históricos de la carrera de Educación, parecen haber sido cerrados por las autoridades tras el cierre de la carrera y la promesa de la futura Facultad de Educación. Sin embargo, esto es un claro ejemplo de la ausencia de un Proyecto Educativo y del rol de las pedagogías, en donde se suprimen mallas que no cuenta con un mercado laboral acorde. ¿Dónde está la disputa por el proyecto con el que originalmente se creó la carrera?
Al parecer nos encontramos lejos del
sentido público y de un proyecto de universidad en pos de entregarle al país un
conocimiento que se haga cargo de las necesidades sociales y que cuente con una
vocación transformadora.
Nuestra lucha debe tener como horizonte
construir una Universidad de carácter popular, es decir, que sea capaz de ser
una herramienta para el conjunto del pueblo y que además posea las condiciones
materiales para desarrollarse. Además de lo anterior, debe ser capaz de
disputar el sentido de la Universidad en su conjunto y del proyecto Neoliberal
que se sustenta en sus distintos niveles.
La tarea que nos queda como
estudiantes, por tanto, es construir la universidad que queremos, tomando
distintas experiencias y forjando discusiones que nos permitan abrir paso al
camino a seguir. Esto implica hallar fisuras en donde la Universidad se
resista al mercado, cuestionar los mecanismos por los que se financia, el
sistema de ingreso, los criterios de ampliación de matrículas, etc.
A enfrentar el Proyecto Neoliberal de
la Educación, comencemos a construir una nueva Universidad!
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