El Gobierno no toma vacaciones: Nuevas alzas al pasaje y reformas en verano

A pesar de todo lo que se puede decir sobre el gobierno de Piñera, de una cosa estamos hoy más seguros: no le tiembla la mano a la hora de subir los pasajes de la micro tanto para adultos como a escolares, o de pasar reformas a la educación mientras las comunidades educativas están de vacaciones. De este carerrajismo podemos sacar dos conclusiones:

1) Las alzas y las privatizaciones no se detendrán hasta que en las calles las hagamos parar.
2) No podemos esperar nada de la derecha ni de la concerta, pues cada vez que pueden hacen acuerdos entre 4 paredes, sin importar cuál esté en el gobierno, excluyendo totalmente a quienes sufrimos día a día la precariedad de la educación que ellos mismos diseñaron, tanto hoy y como el 2007, cuando rompieron con las manos alzadas los sueños de justicia social del movimiento pingüino.

Sobre las reformas
La llamada “revolución educativa” de Piñera y Lavín, no viene más que a hacer que los colegios sean cada vez más como una empresa, dándole más atribuciones y carácter gerencial a los directores, estableciendo convenios de desempeño y facilitando el despido de profesores.

Los insignificantes recursos inyectados tanto a la educación en general, como a la pública en particular, alcanzan apenas para comprar un par de proyectores o mejorar las salas de computación, en ningún caso alcanzan para poder reducir el tamaño de los cursos ni para dar más tiempo a los profesores para que puedan planificar sus clases, ni para contratar mayor personal de apoyo. Y como ya sabemos de sobra, buena parte de estos recursos se perderán en los pasillos de municipalidades que tienen también otros cientos de urgencias. Como ya es costumbre, siguen perdiendo los de siempre, los que no tienen para pagar una educación que al menos les pase toda la materia que evalúan en la PSU.

Y nos alzan el pasaje, como si fuera poco.
Antes del gobierno de la derecha, el pasaje adulto costaba $400, mientras que el estudiante $130. A un año de gobierno, $520 adulto, $170 estudiante. Hoy, una familia de dos padres que ganan el sueldo mínimo y tres jóvenes en educación media o superior, tiene que desembolsar al menos $75.000 en transporte, es decir, el 22% de sus ingresos. Un año de gobierno de derecha le ha costado a esta familia ver mermado su presupuesto mensual en $17.500, el equivalente a 22 kilos de pan. Del alza, le echan la culpa a ¡la “alta evasión” y al aumento del precio de la bencina!

Por más que se intente mostrar una inevitabilidad de las alzas o poner a paneles de expertos a dictarlas, el que el transporte público sea privado es una definición totalmente política. El transporte público, debiese ser un derecho social, ¿o acaso es culpa de los trabajadores y los estudiantes el hecho de que sus lugares de trabajo o estudio queden del otro lado de la ciudad? ¿Acaso los que trabajan o los estudiantes eligen viajar para trabajar o estudiar?

Y el problema más grave no es éste, no es que las familias paguen por el valor del transporte, es decir de máquinas, salarios y bencina, sino que el alza se debe a la mantención de las grandes ganancias de los empresarios del transporte a costillas de lo poco con lo que viven las mayorías del país, y además ofreciendo un servicio que aprieta como sardina y te hace gastar tu tiempo libre en los paraderos. En este contexto, el gobierno y sus medios de comunicación no dudan en echarle la culpa a los evasores ¿acaso no es claro que la gran mayoría de los que evaden es porque prefieren comprar el pan para la once que pagar un transporte malo por ir a trabajar?

Y este es solo el comienzo. Para el año que recién inicia están presupuestadas reformas “estructurales” a la educación superior, educación básica y media municipal. Si ya está claro que ni Piñera ni la Concertación van a parar hasta que seamos NOSOTROS los que paremos esto, y que van a seguir vendiendo y precarizando cada vez más los derechos fundamentales, perdiendo siempre en esta transacción el pueblo. A los estudiantes no nos queda otro camino que la organización y la movilización. A llegar a marzo alzados!

¡Necesitamos la indignación de todos, pero también la organización concreta más allá de internet!

¡Todos a construir un movimiento desde las bases, para reconstruir todo lo que nos han quitado!