Más allá del voto, los desafíos de un ICEI organizado

El ICEI es un espacio que se ha caracterizado históricamente por tener una amplia participación electoral, en el que siempre se han logrado altos porcentajes de votación, ya sea para elecciones de consejeros como para la elección de centros de estudiantes. El año pasado, sucedió un hecho que sorprendió a la mayoría: en las últimas votaciones del CECo no se logró el quorum necesario (de un 40% de los matriculados) por lo que hasta estos días nos encontramos sin una figura representativa del espacio.

Fue un escenario nuevo tras el cual surgieron diferentes análisis sobre lo que estaba sucediendo; quedó de manifiesto la existencia de un malestar con respecto a las lógicas organizativas y políticas del ICEI. Vemos que nuestro instituto desde hace un tiempo entiende la forma de participación sólo como el hecho de asistir a asambleas a votar si adherimos o no al paro.

Al contrario de lo sucedió el 2011, en donde hubo momentos en el que el ICEI de verdad estuvo fuertemente movilizado, vemos que esa coyuntura no cuajó en un proceso de recomposición real, evidenciándose en las escasas asambleas por curso que se realizan, y por sobre todo en nuestras asambleas generales, las cuales han estado caracterizadas por una baja convocatoria, siendo un espacio más bien operativo que como un real espacio de discusión política. La situación con respecto a diciembre no ha cambiado mucho, nuestras últimas asambleas no han logrado el quorum necesario, mecanizando el hecho de bajar las votaciones por curso reduciendo la participación a un mero acto cuantitativo.

Hoy, más allá de los resultados de la elección (se logre o no el quorum) creemos que ya es momento de cuestionarnos y replantearnos cómo entendemos la participación, la organización y el sentido que ésta debe tener en el ICEI. Si bien es bueno contar con un CECo este 2013, creemos que el problema no se resuelve ahí sino con la construcción de un proyecto político que de sustento a nuestra organización en su conjunto, que independiente de la forma más práctica por la que optemos, debe ser ante todo coherente con la participación sustantiva de la mayor cantidad de compañeros.

Nuestra participación debe superar el simple hecho de votar. Todos queremos un ICEI que supere la disgregación, que logre marchar en conjunto, que logre masividad y alta participación de los compañeros en las asambleas para que éstas sean reales espacios de síntesis y logre ser representativa, que se levanten espacios de trabajo permanente y cotidiano desde los cursos, en las carreras y de modo transversal. Ese es el desafío que hoy se nos presenta y estamos dispuestos a asumirlo en conjunto con nuestros compañeros para que el ICEI sea un bastión fuerte del movimiento estudiantil y popular.